viernes, 19 de noviembre de 2010

Cap. 2
Una obsesión peligrosa

Nunca había sentido algo tan fugaz en mi vida, tal vez solo era un 
capricho, tal vez era una obsesión, una obsesión peligrosa.


Junto a la piscina había una mesa hermosa, vestida por un banquete de frutas y comida deliciosa, no pude evitar sonreí era el desayuno que cualquiera soñaba incluso había una rosa en mi plato con una tarjeta, no puedo negar que cada vez me cautivaba mas.

La tarjeta decía:
Espero que disfrutes tu estancia aquí mi querida.


Enseguida me sonroje, no podía creer que el se preocupara tanto por mi, supe que el también estaba interesado en mi, ese instinto que tienen las mujeres decía algo mas sobre aquel hombre, algo me decía que era una obsesión peligrosa, pero poco a poco esa voz se fue de mi cabeza, simplemente desapareció.

La sirvienta me sirvió en mi plato una exquisita mezcla de frutas tropicales con jalea de  cambur, note que era algo explosivo pero como decirle que no a esa comida que venia de ese hombre, ese hombre fascinante.


Practicamos un rato, intercambiábamos gustos, intereses, anécdotas, le diría todo lo que el quisiese,  simplemente comenzaba a enamorarme. 

Ese desayuno se convirtió en todo una maravillosa tarde, cada vez el sol se ocultaba mas, algo dentro de mi quería partir de allí, otra quedarse por siempre. Me hallaba en medio de un dilema.

Ya que el no decía nada sobre partir, decidí callar y seguir con la conversación.

Me miraba, con esos ojos, tan profundos, esos ojos escondían y revelaban tantas cosas… Hubo unos minutos de silencio absoluto, pero lo interrumpió su exquisita voz.

-Este día ha sido maravilloso Victoria, tenía años sin distraerme tanto con una persona, no quiero ser atrevido pero me encantaría que te quedaras un día mas aquí te aseguro que será fantástico.-

No sabia que responderle, así que dije lo que mi corazón 
gritaba.

-Me has fascinado completamente, me encantaría quedarme aquí, lo aceptaría hasta si fuese sorda.-

Rio con dulzura, cada vez me encantaba mas estar allí.
 Entre tantas cosas termino de caer la noche, nos retiramos de la mesa y me fue a mostrar el lugar.
Todo era hermoso, parecía un palacio y todo ello
Era mío por una noche. Una noche que nunca se olvidaría, una noche maravillosa.



Pero no todos tenemos finales felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario